Discurso pronunciado por Don  José Alberto Diez de Medina
en la Sesion de Honor de la S.G.H.S.

 

 Señor:
Ing. Edmundo Zelada.
Presidente de La Sociedad Geográfica y de Historia  Sucre,

 Señor:
Doctor Antonio Dubravcic .
Miembro Presentador de la SGHS.

Señores:
Miembros de la Sociedad Geográfica y  de Historia  Sucre.

 Señoras y Señores:

Me es muy grato, y  con muchos agradecimientos, al haber sido aceptado como Miembro Correspondiente de La Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”.

Y es mi deseo manifestar a Uds., lo siguiente:

Dentro de mi actividad como historiador, investigador de historia, he seguido muy de cerca la actividad histórica y literaria  amen de  otro tipo de labores igualmente científicas de la SGHS.

Por azahares de mis inquietudes, he tenido la suerte, más que eso, la fortuna, de poseer algunas publicaciones de La Sociedad, cuyas fechas datan desde 1915.

Consecuentemente, tengo conocimiento de las altas labores de grandes historiadores y literatos, pertenecientes a la SGHS.

Debo citar a  Don Alfredo Iturricha, al Doctor Nicanor Mallo, eminente historiador, a Don Alfredo Jauregui Rosquellas, gran literato, y presidente en varios periodos de la Sociedad.

Asimismo me he interesado fervientemente en los estudios históricos de numerosos miembros de la SGHS, que en el siglo XX, han sobresalido, tales como:

Guillermo Conitzer, Jaime Urioste, Carlos Calvo, Jorge[U1]  Urioste, Angel Revollo, Corsino Dehesa, y muchos otros.

Pienso, y considero mi deber resaltar la actuación de la Sociedad Geográfica, y de Historia  Sucre, como centro de toda  la actividad de Historia y Cultura en Bolivia, agradeciendo al Ser Supremo, que aun exista una Institución, quizá la única en Bolivia, que vela por la cultura y la historia de nuestro país.

 

Como una carta de presentación, deseo dar a conocer a Uds., mi último libro: “Crónicas”, sobre la historia del Alto Perú, y como una segunda parte: “Crónicas”, sobre la vida de Bolívar, y la actuación de los ejércitos libertadores.

Analizar y dar a conocer la historia en crónicas, es una forma libre y sencilla, facilitando de esta manera el estudio y conocimiento de la historia en general.

La historia del Alto Perú y más aún la historia de las luchas de la independencia en la América, son desde ya en su estudio, de difícil concurrencia en sus hechos.

Sin embargo en estas Crónicas, cada una en una o dos páginas encierra en sì  hechos de mucho interés en la historia de Bolivia.

Existen realidades poco conocidas en estas Crónicas, daré únicamente dos ejemplos:

El primero:

Durante el levantamiento del artesano cochabambino, Alejo Calatayud, más tarde derrotado y muerto, su cabeza decapitada  fue enviada a Chuquisaca, para ser expuesta en una pica en las afueras de la ciudad, como un escarmiento, a los levantadizos altoperuanos.

No se sabe cómo, pero tal siniestro trofeo, fue al día siguiente, llamémoslo, arrojado a las puertas del Palacio de la Real Audiencia, como un símbolo de desprecio y protesta ante el conquistador español; sin poderse encontrar a los autores, de esa afrenta.

El segundo:

En la historia del Libertador todos conocemos, su gran amor, separemos a Manuelita, se trata de Fanny de Villars, una prima suya que vivía en Paris.

Recordemos la hermosa carta que el Libertador dirigió en sus últimos días ya postrado en cama, a Fanny de Villars, una carta de amor, que resultó ser una hermosa poesía.

Cuando el joven Simón Bolívar, llega en su visita a Europa, a Paris, es acogido por Fanny de Villars, frecuentando Bolívar sus salones, siendo introducido en la nueva nobleza napoleónica,

Fanny de Villars era la amante de Eugenio de Beauharnais, más tarde Comandante en Jefe de los ejércitos de Italia, Eugenio era hijo de

Josefina Tacher, Emperatriz de los franceses por su matrimonio con Napoleón Bonaparte.

Vale decir que Fanny de Villars, abrió la fastuosa puerta de Paris a Bolívar.

 

Estando muy cercana la fecha de la Revolucion del 25 de Mayo , deseo proclamar mi homenaje a esos valientes patriotas chuquisaqueños, que fueron quienes iniciaron las luchas revolucionarias, a fin de obtener  la Independencia de nuestras republicas americanas.

 

Es muy conocida la revolución del 25 de Mayo de 1809, y la actuación de los Señores Oidores patriotas de la Audiencia de Charcas, que depusieron al Presidente de la Audiencia don Garcia Leon y Pizarro, iniciando así en la América, las luchas revolucionarias por su Independencia,

A fin de dar al movimiento revolucionaria una acción mas completa, se enviaron a las ciudades y provincias del Alto Perù, emisarios doctos y aguerridos radicales: a Santa Cruz, fue enviado el Doctor Lemoine, a Cochabamba Manuel Zudañez, a Tarija y Tupiza Bernardo Monteagudo, a la ciudad de La Paz, quizá al más radical de los revolucionarios chuquisaqueños, Don Mariano Michel Mercado.

Don Mariano Michel Mercado, abogado, egresado de la Universidad de San Francisco Javier, había nacido en Chuquisaca La Plata y doctorado en esa ciudad.

Don Mariano Michel Mercado, tenía un hermano, Don Juan Manuel Mercado, igualmente nacido en 1780, en Chuquisaca, con estudios eclesiásticos, y consagrado en la Catedral de La Plata, como sacerdote, presbítero.

Por esos cambios de destino, similar al militar, Don Juan Juan Manuel Mercado, fue establecido en la ciudad de La Paz.

La correspondencia entre ambos hermanos, era muy fluida y llena de alto patriotismo, y destinada a realizar una revolución independentista, frente al poderoso yugo español.

No era pues de extrañar, que la visita de Don Mariano Michel Mercado, enviado desde La Plata, con fines conspirativos, después de su breve estadía en un pueblo del altiplano Sica Sica,

fue a su hermano, Don Juan Manuel Mercado; ambos participaron en los movimientos subversivos y conspirativos, de la ciudad de La Paz.

Mariano Michel, retorno a Chuquisaca, y Juan Manuel, quedaba en La Paz, y es parte de la revolución del 16 de Julio, siendo nombrado encargado de Culto de la Junta Tuitiva,  y firmante de la Proclamación de dicha Junta.

Don Juan Manuel Mercado era nacido en Chuquisaca, La Plata y consagrado como sacerdote en su Catedral.

Por órdenes de Goyeneche, Don Juan Manuel Mercado fue desterrado a las Filipinas y encerrado en una mazmorra, su condición de sacerdote lo salvo de ser sentenciado a la horca.

 

Reiterando mis respetos y agradecimientos,     Muchas Gracias