(Ovidio Céspedes Toro )

 

Yace olvidada en viejo campanario
La tantas veces secular “campana”
Que en aquel mes de mayo vibró ufana
Con el son de rebato libertario.

 Ya no llama a maitines ni a rosario,
Ni despierta a su grey en la mañana.
Trocose su tañido en voz  humana
Por extraño milagro del Santuario.

Llevó en su grito a todo el Continente
De libertad la idea sacrosanta
Y quedó muda repentinamente. 

Fue de tanto gritar “Libertad Santa”
Con estentórea voz y tan potente,
Que se rajó del bronce la garganta.

 

 


 

LA CAMPANA DE SAN FRANCISCO

 En 1581 se culminó la construcción de la iglesia de San Francisco en la ciudad de La Plata, con la colocación de las campanas.

Su objetivo inicial fue catequizar y dictar cátedra de religión especialmente a los niños y habitantes de la Villa de la Plata, años después, se procedió a la construcción del Convento y ampliación del templo. Posee un notable artesonado de estilo mudéjar ejecutado en madera de cedro que se prolonga desde el coro hasta el crucero. En la cripta de esta iglesia, reposan los restos de los conquistadores españoles que participaron en la fundación de la ciudad.
Esta iglesia es considerada como un monumento histórico. Cuenta con dos torres cuadrangulares que flanquean la entrada principal del templo, una de ellas es considerada de gran importancia histórica porque su torre guarda la "Campana de la Libertad", que fue la que repicó convocando al inicio de la revolución libertaria el 25 de Mayo de 1809 donde se emitió el primer grito libertario en América.
Adosada al atrio de la iglesia se halla la arquería de San Francisco de estilo neoclásico, que se mando construir por orden del Mariscal Antonio José de Sucre en homenaje al patriota Mariano Suárez Polanco, capellán de las tropas independistas de la guerrillera Juana Azurduy de Padilla, además de ser él, quien tocó la campana el 25 de mayo de 1809
Los estudiantes de la Universidad San Francisco Javier, descontentos también con el rector arzobispo Moxó y Francolí, se rebelaron, seguidos por el pueblo, pidiendo la liberación de Zudáñez y la renuncia de García de León y Pizarro. Como llamada al pueblo se tocó una de las campanas de la iglesia de San Francisco hasta rajarse

En esa madrugada el padre Félix Bonet, provincial de Santo Domingo junto al capitán Santiesteban previnieron a Pizarro sobre la conspiración y acuerdos que se venían gestando días atrás, Pizarro libra mandamientos de prisión, concebidos en términos severos contra varias personas deteniéndose solamente al Dr. Jaime de Zudáñez defensor de los pobres. Con motivo de esta prisión, se toca a rebato en todos los campanarios y, especialmente, en la campana del Templo de San Francisco denominada ahora “Campana de la Libertad”, que alarma al pueblo el que confluye a la plaza principal para reclamar la libertad de Zudáñez.